El telescopio espacial Kepler de la NASA ha descubierto tres planetas que tienen una superficie rocosa como la Tierra en la zona habitable de sus estrellas, es decir, la región donde es posible la presencia de agua líquida. El descubrimiento, anunciado en rueda de prensa por la NASA, refuerza la teoría de que los planetas rocosos son abundantes en la galaxia y, por lo tanto, que la probabilidad de que alguno de ellos sea habitable es elevada.
Los astrónomos no saben todavía si alguno de estos tres planetas es realmente habitable. Dos de ellos orbitan alrededor de Kepler-62, una estrella algo más pequeña y vieja que el Sol situada a unos 900 años luz de la Tierra. Según resultados presentados en la revista Science, uno tiene un diámetro un 61% mayor que la Tierra y una temperatura media superficial de 3 grados centígrados bajo cero. El otro, más pequeño y algo más alejado de su estrella, tiene un diámetro un 41% mayor que la Tierra y una temperatura media de 65 grados bajo cero.
El tercer planeta se encuentra en órbita alrededor de otra estrella, llamada Kepler-69, que es similar al Sol. Tiene un diámetro un 70% mayor que la Tierra y se encuentra a una distancia de su estrella similar a la de Venus respecto al Sol.
Los tres son lo que lo que los astrónomos llaman supertierras, es decir, planetas lo bastante grandes para poderse detectar con los instrumentos de observación astronómica actuales pero lo bastante pequeños para tener una superficie rocosa.
Su descubrimiento supone un hito para la misión del telescopio espacial Kepler, puesto en órbita en el 2009. «Estamos haciendo grandes progresos hacia el objetivo de determinar si planetas como el nuestro son la excepción o la regla», ha declarado William Borucki, astrónomo de la NASA y director científico de la misión.
Kepler observa 170.000 estrellas en busca de aquellas cuya luz mengüe periódicamente y después vuelva a aumentar. Cuando esto ocurre, el equipo científico de la misión analiza si el fenómeno se debe al paso de un planeta que tapa parte de la luz de la estrella o a otra causa. De este modo, el telescopio ha permitido descubrir hasta la fecha 122 planetas extrasolares e identificar más de 2.700 que están pendientes de confirmación.
Los planetas de Kepler-62 presentados ahora son los más pequeños ya confirmados que tienen una superficie rocosa y que se encuentran en la zona habitable de una estrella. Se suman, junto al de Kepler-69, a otros dos planetas posiblemente rocosos descubiertos anteriormente que se encuentran en la zona habitable de su estrella, Gliese 581-d Gliese 667-Cc.
Muchos exoplanetas
Las nuevas observaciones «demuestran que los exoplanetas son muy abundantes, incluidos planetas pequeños en órbitas lejanas y por lo tanto con temperaturas templadas», destaca el astrónomo Ignasi Ribas, especialista en planetas extrasolares del Institut de Ciències de l’Espai (IEEC-CSIC). «Se va confirmando que las probabilidades de encontrar gemelos de la Tierra son altas».Según los resultados de la investigación presentados en Science, la masa de la estrella Kepler-62 equivale a un 69% de la del Sol. Su edad ronda los 7.000 millones de años, frente a los 4.570 millones que tiene el Sol. Si alguna de las dos supertierras es habitable, por lo tanto, la vida habrá tenido tiempo suficiente para aparecer y evolucionar.
Sin embargo, el telescopio Kepler no observa directamente los planetas que descubre, sino que permite deducir su existencia por los efectos que tienen sobre la luz de su estrella. Por lo tanto, los astrónomos no saben todavía si las nuevas supertierras tienen en su superficie y su atmósfera moléculas adecuadas para la vida, como agua dióxido de carbono y nitrógeno. Próximos telescopios espaciales, así como investigaciones realizadas con telescopios terrestres, observarán directamente planetas descubiertos en zonas habitables para comprobar si alguno es habitable o incluso está habitado.
FUENTE: La Vanguardia
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