Todos estamos expectantes a que bajen de precio las impresoras 3D (porque hoy en día es un hobby carísimo) para así dedicarnos a construir todas esas pequeñas cosas que siempre hemos deseado tener.
Sin embargo, en ese hipotético mundo donde todos tendremos en nuestras casas una impresora 3D para reemplazar cualquier pieza plástica que se rompa de nuestros gadgets, ya hay personas tratando de sacarle provecho a través de DRM.
Este martes la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos recibió una solicitud de parte de Intellectual Ventures –la compañía de Nathan Myhrvold, el ex director de tecnología de Microsoft y quién se autoreconoce como un orgulloso traoll de patentes– y que trataría de un sistema para prevenir que las personas puedan imprimir objetos con copyright y que no hayan pagado una licencia.
La patente, llamada “Sistema de control de manufacturas”, describe el método para manejar ‘derechos de reproducción de objetos’, o sea, el detestado DRM. La idea es que al cargar en la impresora el archivo de un modelo en 3D, ésta chequeará si tienes los derechos para hacer el objeto, de qué material lo estás haciendo, cuantas veces lo has hecho, etcétera.
Evidentemente aparecieron de inmediato las voces críticas, porque al fin y al cabo no se pueden patentar objetos como una cuchara, además, lo ideal en ese mundo donde todos tendremos impresoras 3-D es que el mercado te debería vender simplemente el material con que construirías tus objetos, como actualmente en las impresoras regulares te venden las hojas de papel, y no te están fiscalizando acerca de lo que imprimes con ella.FUENTE: FayerWayer
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