«Se hizo justicia. Quien ponga en duda que un asesino en masa [Bin Laden] no merecía lo que recibió, lo que necesita es que le examinen la cabeza». Con esta frase, el presidente Barack Obama ha pretendido zanjar el debate surgido sobre la legalidad de la operación militar que acabó con la vida del líder de Al Qaida. En la primera entrevista que concede tras la operación Gerónimo, Obama aseguró la madrugada de ayer en el programa 60 minutos, de la CBS, que con la incautación de los ordenadores, memorias y archivos electrónicos le dan a EE.UU. la oportunidad de dar el «golpe de gracia» a Al Qaida.
«Esto no quiere decir que vamos a derrotar el terrorismo […], esto no significa que Al Qaida no haya hecho metástasis en otras partes del mundo donde realizamos operativos» en su contra, dijo. «Pero sí significa que tenemos la oportunidad, creo, de dar un golpe de gracia a esta organización si seguimos agresivamente tras de ella en los próximos meses», declaró.
Los minutos más largos
El presidente describió la situación vivida en la sala oeste de la Casa Blanca, donde su gabinete siguió en directo la misión de los Navy Seal, como «los 40 minutos más largos de mi vida, salvo quizá por la meningitis de Sasha [su hija] cuando tenía tres meses y esperaba que el médico me dijera que estaba bien».
Solo acabó la tensión cuando, antes de que el comando regresara al helicóptero alguien dijo: «Gerónimo [nombre en clave de Bin Laden] ha sido muerto».
También reconoció que fue la decisión más dura de su mandato. «En el momento de aprobarla no sabíamos definitivamente que Bin Laden estuviese allí […] solo teníamos un 55% de probabilidades». «De no haber dado con él, hubiera tenido consecuencias significativas», reconoció.
La decisión de lanzar el operativo la tomó el jueves y «pocas personas de la Casa Blanca sabían» lo que iban a hacer. «La gran mayoría de mis principales consejeros no lo sabían […]No se lo dije ni a mi familia. Era importante mantener el secreto por cuestiones de seguridad».Tras el éxito del operativo contra Bin Laden, el presidente estadounidense quiere sumergirse ahora en la política interna, con asuntos como el presupuesto y la reforma migratoria, ambos de peso en la campaña presidencial del 2012.
The Wall Street Journal recoge que los medios de comunicación de Pakistán publicaron el nombre de quien aseguraron que es el jefe de la misión de la CIA en Islamabad, hecho que puede daña las relaciones entre Washington e Islamabad.
La divulgación de la supuesta identidad del funcionario podría provenir de los dirigentes del poderoso sistema militar y de inteligencia paquistaníes, que se sintieron humillados por el operativo militar estadounidense violando la soberanía de su territorio.
Ni la inteligencia paquistaní ni la Embajada estadounidense en Islamabad quisieron hacer comentarios.
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